Estamos en año de elecciones. La palabra "educación” se está oyendo en algunas intervenciones de políticos que van calentando motores. Se ha oído incluso la palabra “pacto”.
Si bien todos añoramos,
incluso exigimos, un pacto educativo también es cierto que oírselo
incipientemente a los políticos, me crea cierto estado de intranquilidad. Serán
los nervios de la incredulidad, la inseguridad, la desconfianza…
Tantas
ocasiones perdidas y tanto mal hecho a la educación de este país; Tanto
personalismo y tan poca visión a medio y
largo plazo; Tanto recorte aplicado a las raíces verdaderas del futuro.
Necesitamos una política de
miras muy altas en el campo educativo. Una política que crea más en la
autonomía de los profesionales y menos en los controles y dictados externos;
Que fomente el trabajo de alto nivel, en detrimento de la burocracia creciente;
Que alimente las relaciones entre centros y redes, más que los rankings
competitivos; Que forme a sus profesores y profesoras, en vez de recortarles
esta posibilidad...
La Educación tiene que ser
vista como un verdadero proceso de crecimiento personal y profesional. En ese
sentido no entiendo que muchas propuestas de política educativa tomen la línea
de políticas sociales que busquen la equidad. ¡No se malinterprete! Esto es totalmente necesario,
pero cuando se mezclan ambos capítulos, la educación se ve mermada en sus
contenidos reales, que los tiene y muchos. Por ello, creo que propuestas que
hablen de becas, recursos, acceso a las diferentes etapas, libros… son
absolutamente necesarias, pero no son el meollo educativo. Ninguno de estos dos
aspectos, social y educativo, debe fagocitar al otro porque directamente causa
su merma. No son sustitutos, sino que necesitan un recorrido autónomo y
completo.
El aspecto social para que nadie quede privado de una buena educación
y aspecto educativo para llevar a “todos” nuestros y nuestras jóvenes a cotas
muy altas de realización personal y profesional; Simultáneamente, el país se verá
enriquecido por unos ciudadanos realmente bien cualificados. Jóvenes con un
nuevo bagaje; pensadores críticos y creativos; personas con un alto nivel ético
y un compromiso social real.
Oigo hablar de pacto
educativo a algunos políticos y… siento un pequeño escalofrío. Iremos viendo…